SEGURIDAD EN LA CONSTRUCCIÓN: LOS MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN ANTE EL FUEGO

Aipex | 4 octubre, 2024 | 0

Aunque ya no sea una preocupación tan acuciante como en épocas en las que el principal material de construcción era la madera y los servicios de extinción no eran tan sofisticados como en la actualidad, el fuego sigue siendo una de las amenazas para nuestros hogares que puede llegar a quitarnos el sueño. Así que… ¿cuál es la situación actual? ¿Qué tipos de medidas y controles se imponen en el sector de la construcción para hacer que nuestras viviendas sean más seguras frente al fuego?

Los materiales de construcción son una de las piezas de este puzzle, aunque no la única: escoger el más idóneo para cada aplicación e instalarlo correctamente en la obra son también parte del proceso. Por otra parte, estarán factores como la previsión y señalización de rutas de evacuación, detectores de humo, la obligatoriedad de aparatos de extinción portátiles, etc., aunque en este artículo nos centraremos en los elementos propiamente constructivos. Dicho esto, los materiales pueden ser una excelente herramienta de protección pasiva ante el peligro de propagación de incendios, sobre todo con una normativa cada vez más estricta al respecto.

La norma que regula la clasificación de los productos de construcción y elementos constructivos en función de sus propiedades de reacción frente al fuego es la UNE EN 13501-1, Clasificación en función del comportamiento frente al fuego de los productos de construcción y elementos para la edificación. Así, contiene una clasificación en función de la reacción al fuego de todos los productos de construcción, mediante una serie de Euroclases.

El comportamiento de los diferentes materiales frente al fuego se comprueba a través de distintas pruebas y ensayos, en las que se siguen métodos específicos, estrictamente regulados y armonizados. El resultado son siete grados diferentes de reacción al fuego: los productos se clasifican mediante letras desde A1 hasta F. Esta clasificación determina la contribución que va a tener dicho material en caso de incendio. El sistema de clasificación se completa con el análisis de la producción de humo (s1 a s3) y la caída de gotas/partículas inflamadas (d0 a d2). Erróneamente se usan términos como combustible o no combustible, que no reflejan la realidad de los productos de construcción.

Además de la citada norma UNE, el CTE en vigor cuenta con distintos Documentos Básicos, como el SI de seguridad en caso de incendio, dedicado al asunto, con cuyas exigencias básicas debe cumplir cualquier edificio de nueva construcción o que sea rehabilitado.

La resistencia al fuego es una característica de los elementos constructivos, que señala el tiempo que mantiene su estabilidad mecánica, la estanqueidad frente a humo y llamas, y una temperatura limitada en la cara no expuesta a la acción del fuego.

Los materiales utilizados para el aislamiento de los edificios no son una excepción, y en sus especificaciones incluyen a qué Euroclase corresponden. Es importante recordar que ningún material aislante va a estar expuesto a la acción directa de las llamas en caso de incendio, siempre se encuentran protegidos tras otra capa del propio cerramiento, como puede ser una pared de ladrillo o placas de yeso laminado. De ahí viene la importancia de analizar el comportamiento de los sistemas completos, tal y como se instalan en los edificios, que ofrecen una información más precisa de cómo se comporta esa solución en caso de incendio.

Aunque aún existe cierto desconocimiento entre el público general al respecto, se debe incidir en que los incendios de gran gravedad y con una rápida propagación de las llamas en edificios son extremadamente infrecuentes, gracias a la observancia de la normativa vigente.

Como conclusión, cabe citar las palabras de nuestros compañeros de Andimat (Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes) respecto a la seguridad del parque edificado español frente a los incendios: “Los proyectos, tanto de nueva construcción como de rehabilitación de edificios, son redactados por técnicos competentes y que cumplen con los distintos Documentos Básicos del Código Técnico de la Edificación. Más allá de esto, los expedientes son revisados por los técnicos de los distintos colegios oficiales, que revisan cada proyecto y ratifican el cumplimiento con los distintos documentos citados”.