El largo y cálido verano: cómo preparar nuestro hogar para las altas temperaturas
Es esa época del año: tu televisor y tus redes sociales se llenan de imágenes de playas de aguas cristalinas, calas recónditas y gente guapa disfrutando de una cerveza con los pies en la arena. Sin embargo, muchos de nosotros todavía vemos la huida a la costa o a la montaña lejos y estamos abocados a sobrellevar el calor en alguna zona donde las temperaturas se elevan sin piedad. Por eso, desde AIPEX hoy te contamos qué puedes hacer para que en verano tu casa se parezca menos a un horno y más a un fresco refugio climático.
Para muchos españoles, el aire acondicionado en casa no es una opción: ya sea por el precio de la luz, porque nuestro casero no nos lo haya instalado o por nuestro compromiso con el medio ambiente, hay veces en las que no podemos o no queremos tirar de climatización las 24 horas del día. En tales casos, lo primordial es evitar que nuestro hogar haga acopio de calor.
Impedir la entrada del calor del exterior, sobre todo en las horas centrales del día (aproximadamente, entre las 12 y las 16 horas), es la primera medida que debemos tomar, porque aproximadamente el 30% del calor entra en nuestro hogar a través de las ventanas. La eficacia de esta medida dependerá de la orientación de las ventanas y la calidad de las mismas, pero cerrar las ventanas antes de que comience el calor, bajar las persianas, hacer uso de los toldos si los tenemos o colocar burletes para mejorar el aislamiento puede ayudar a impedir que la temperatura interior suba hasta seis grados más.
La medida obvia y complementaria de la anterior es abrir puertas y ventanas, permitiendo la circulación del aire, durante la noche y primeras horas de la mañana, consiguiendo que la casa se refresque para «atrapar» después ese fresco en el interior.
Por otro lado, y al igual que sustituyes la ropa de invierno por la de verano, tu casa también se puede beneficiar de un cambio de estilo de cara a los meses más cálidos: retirar alfombras pesadas o cubrir las tapicerías más gruesas e invernales con fundas de algodón o lino puede contribuir a que tu sala de estar resulte más fresca. Apostar por los colores claros (¡y una bebida refrescante con mucho hielo!) también puede contribuir a refrescar tu ánimo tras un largo día de temperaturas elevadas.
Las comidas, y en especial las cenas, también pueden ser tus aliadas frente al calor: amplía tu recetario de ensaladas y aprovecha también para llenar la nevera de frutas de temporada. Es el momento del año en que mejor es su sabor y, además, tu salud te lo agradecerá.
Quizá no quieres prescindir por completo de la climatización, pero tienes miedo de recibir una factura de la luz muy elevada o prefieres no abusar de ella por sostenibilidad. En cualquier caso, optar por equipos eficientes y de bajo consumo siempre es una mejor opción: aunque el desembolso inicial pueda resultar mayor, a medio plazo lo notarás en la factura. Además de los equipos de aire acondicionado con la mejor categoría energética, también puedes ayudarte de ventiladores: existen opciones con mecanismos de enfriamiento del aire o ventiladores tradicionales con elevada potencia que te ayudarán a estar más cómodo en casa y que, si hay niños pequeños o personas con afecciones respiratorias en casa, te pueden evitar más de un resfriado.
Sin embargo, sin duda alguna, la medida más definitiva frente a las altas temperaturas es mejorar el aislamiento energético de nuestro hogar siempre que sea factible. El primer paso es informarnos de las ayudas y subvenciones existentes en nuestra comunidad autónoma. Los fondos Next Generation pueden suponer un empujón interesante para emprender este tipo de actuaciones, y se debe tener en cuenta que, en todo caso, son intervenciones que se amortizan a medio plazo, gracias al ahorro energético que suponen.
Las medidas de aislamiento pueden ir desde las más básicas, como instalar ventanas de alta eficiencia, a las más integrales, como el aislamiento total de la envolvente de la casa o edificio, pero se traducirán en una mejora inmediata de la temperatura interior en nuestro hogar. Además, y en contra de lo que muchas personas piensan, aislar no solo sirve para proteger la vivienda del frío, sino que también nos ayudará frente al calor, un factor que será importante ahora que se esperan veranos cada vez más largos y con más episodios de ola de calor.