EL SATE CON XPS: UNA APLICACIÓN DE AISLAMIENTO LLENA DE VENTAJAS

Aipex | 29 mayo, 2024 | 0

Para cumplir con los compromisos de reducción de la demanda de energía y modernización de los edificios españoles, nuestro país debe conseguir rehabilitar 300.000 viviendas al año, tal y como recordó Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda y Agenda Urbana, durante su participación en CONTART 2024, encuentro del sector organizado por el CGATE. A este desafío se deben añadir los nuevos requerimientos de la Directiva Europea de Eficiencia Energética (EPDB), que implica, por un lado, un ritmo más acelerado para la rehabilitación y, por otro, realizar esta siguiendo criterios para la reducción de la demanda energética de los edificios y su impacto ambiental.

“Es evidente que el foco de atención está puesto sobre las ciudades y los inmuebles que las integran. Una actuación a gran escala sobre el parque edificado lograría una importante reducción tanto de la energía como de las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo notablemente a la lucha contra el cambio climático”, explica a este respecto Mario Serrano, secretario general del AIPEX. “En este contexto, actuaciones como el SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior) son la mejor alternativa para renovar la envolvente de los edificios, mejorando la eficiencia, el confort y la salud de los ocupantes”, explica.

En esta aplicación constructiva, el XPS es un material que proporciona diferentes ventajas: “Las propiedades aislantes del poliestireno extruido, su resistencia a la compresión, durabilidad y estabilidad dimensional, así como su excelente comportamiento ante el agua (nula absorción) y la humedad hacen de este material una de las mejores soluciones de aislamiento a la hora de instalar un SATE,”, resume Mario Serrano.

El manual de AIPEX “Soluciones de aislamiento con poliestireno extruido”, descargable de forma gratuita en nuestra web, recopila hasta 7 ventajas que proporciona el empleo del XPS en el SATE.

1. Minimiza los puentes térmicos. Explicado de una forma sencilla, los puentes térmicos son “puntos débiles” en la envolvente del edificio, por los que podrían producirse pérdidas de frío o calor según la estación y que favorecen la aparición de condensaciones. El XPS contribuye a resolverlos, mejorando en consecuencia el aislamiento.

2. La continuidad del aislamiento térmico evita las diferencias de temperatura entre diferentes puntos del edificio, previniendo dilataciones y contracciones capaces de provocar fisuras y grietas, que pueden afectar a la durabilidad de la estructura.

3. Suprime las grandes variaciones de temperatura, tanto en verano como en invierno, con lo que logra temperaturas más estables en el interior.

4. Reduce el riesgo de condensaciones tanto superficiales como intersticiales: al colocar el aislante por el exterior, la mayor parte de la pared se encontrará a temperatura más alta, lo que minimiza la condensación.

5. Aprovechamiento de la inercia térmica del cerramiento: se saca partido de la energía acumulada en el interior del cerramiento tanto por la radiación solar como por la calefacción, que es devuelta al interior en las horas de temperaturas más bajas.

6. Proceso constructivo más sencillo y más rápido.

7. Es un sistema que ocupa menor espacio en planta.

«Aplicado en un sistema SATE, el XPS se adapta a la forma del edificio, proporcionando una imagen renovada al mismo y reduciendo el riesgo de condensaciones en la masa del cerramiento interior», explica Mario Serrano. «De esta manera, se mejora la seguridad y la salud del edificio y sus ocupantes. Como punto extra, señalar que el XPS, gracias a su excepcional durabilidad, no requiere mantenimiento a lo largo de toda su vida útil, pudiendo reciclarse al final de la misma”, concluye.

Además, el SATE no reduce la superficie útil en el interior de las viviendas, permite a los propietarios seguir viviendo en sus hogares durante las obras con unas molestias mínimas, y confiere un aspecto renovado a la fachada, que contribuye en muchos casos a la revalorización del inmueble, tanto por el aspecto estético como por la importante mejora de su calificación energética. Esta inversión se amortiza rápidamente: de media, en unos cinco años.