Aislamiento, el mejor aliado en la lucha contra la pobreza energética
Comer o poner la calefacción. Suena duro, pero es la realidad que vive el 7% de los hogares españoles sufriendo pobreza energética, es decir: al no ser capaces de mantener su hogar dentro de lo que se considera Condiciones Climáticas Óptimas (entre 18-21º en invierno y 25º en verano, según la Organización Mundial de la Salud).
En total hablamos de 5 millones de personas que, con 417€ al mes, la renta mínima, deben alimentarse, pagas sus facturas y, además, vivir.
Estas cifras las ponía sobre la mesa la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), que el pasado jueves 14 de abril presentaba en Madrid su 3º Informe sobre Pobreza Energética en España 2016, arrojando datos muy preocupantes sobre la situación que viven las familias más vulnerables:
Un 11 % de los hogares de España, 5 millones de personas, se declara incapaz de mantener su vivienda a una temperatura adecuada en inviernos.
Extremadura, Andalucía, Murcia y Castilla-La Mancha son las Comunidades Autónomas donde se registra una mayor problemática, siendo especialmente sensibles las zonas rurales.
Además, por primera vez, el estudio muestra cómo el riesgo de pobreza energética está muy vinculado a la situación social de las familias (además de la económica). Dentro de ese 10% en riesgo del que habla ACA, casi un tercio (31%) se corresponde con hogares donde hay situaciones de analfabetismo, frente al 7% que registran aquellos con estudios superiores.
Para solucionar esta situación, la asociación plantea la necesidad de superar aquellas medidas de carácter paliativo y en su lugar impulsar un pacto de estado para luchar contra la pobreza energética en el que la rehabilitación energética de edificios se perciba “como solución a medio y largo plazo a esta problemática y como medida preventiva para reducir la vulnerabilidad futura de la población”.
En esta misma línea se pronunciaba el presidente de AIPEX, Jesús Ladera, durante la celebración de la Semana Europea de la Pobreza Energética, al reclamar “un pacto de estado para abrigar nuestros edificios”.
En este sentido Ladera afirmaba que “el aislamiento es la medida más eficaz y rentable para conseguir edificios saludables y confortables. Es una solución duradera que cuenta con una vida útil paralela al edificio en el que se instala y que, correctamente instalada, no precisa de gastos de mantenimiento”.
Y es que una rehabilitación energética en la que se prime el correcto aislamiento del edificio ya nos garantiza un ahorro energético cercano al 75% (hay que recordar que sólo por la fachada se pierde cerca del 25% de la energía. ¡Y otro 30% se va por el tejado!).
Además, cualquier dinero invertido en este tipo de actuaciones no cae en “saco roto”: cada euro invertido en la instalación de aislamiento genera un retorno cercano a los 7€ a medio/largo plazo.
De todas las actuaciones que se pueden poner en práctica a la hora de rehabilitar un edificio, el aislamiento es la más rentable. Por lo tanto, si queremos proteger a las familias más vulnerables de la pobreza energética, debemos comenzar a apostar por una estrategia global que abrigue sus viviendas.