¿Qué hacemos bien y mal los españoles a la hora de ahorrar energía?
¿Es la eficiencia energética un asunto de grandes empresas?, ¿puede un particular conseguir ahorros significativos llevando a cabo pequeños gestos para no derrochar la energía?, ¿merece la pena hacer engorrosas obras con el fin de amortizarlas en un futuro a medio plazo? Las respuestas a todas estas preguntas están en la décima edición del Índice de Eficiencia Energética elaborado por la Fundación Gas Natural Fenosa.
Y son respuestas contundentes. Por supuesto, que un particular puede llevar poner en práctica iniciativas de eficiencia energética con el fin de reducir su consumo de energía que se va a traducir en un ahorro instantáneo en euros en la factura de la luz o el gas.
En AIPEX siempre defendemos que el mayor ahorro de energía se consigue mediante la rehabilitación energética de nuestros hogares y, por supuesto, con la instalación de un buen aislamiento como es el XPS.
Con esta premisa está de acuerdo el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la energía. Según el IDAE, introducir mejoras en el aislamiento puede conllevar ahorros energéticos de hasta un 30% en calefacción y aire acondicionado, que según este organismo supone el mayor gasto de energía en el hogar. Y es que por cada grado que aumente la temperatura de la calefacción o disminuya la del aire acondicionado se incrementa el consumo de energía aproximadamente en un 7%.
Pero además de aislar eficientemente nuestros hogares, tenemos que prestar atención a todas estas pequeñas medidas que pueden hacernos ahorrar muchos euros a final de año.
La cara (o lo que hacemos bien en eficiencia energética)
Nivel económico medio-alto, entre 35 y 49 y que probablemente viva en Baleares, Cataluña o Murcia. Este es el perfil del español eficiente según el índice de Eficiencia Energética de Gas Natural Fenosa.
Según este estudio hemos mejorado nuestra cultura sobre el ahorro energético y el ajuste de la potencia eléctrica contratada. También tenemos más conciencia a la hora de no utilizar los electrodomésticos de mayor potencia simultáneamente.
Hemos mejorados en la revisión de calderas y la utilización de iluminación Led, pero como veremos a continuación, todavía queda mucho por hacer.
Y la cruz (lo que tenemos que corregir)
En la cruz de la moneda, el informe seña que el índice de eficiencia energética de los hogares españoles cayó 6,39 puntos en 2015 debido al descenso del mantenimiento y el equipamiento.
Los standby (sí, ese pilotito de la tele que se queda encendido o la lucecita de la lavadora señalando un programa cuando ésta ya ha sido vaciada) parecen un gasto pequeño pero su suma puede suponer un ahorro de 200 euros al año. El auge de aparatos con standby siempre encendido puede motivar esta caída en el índice de eficiencia energética.
Tampoco sabemos utilizar correctamente la lavadora o el lavavajillas. Nos acostumbramos a un programa y es el que solemos utilizar con independencia de que la ropa esté muy sucia o solo necesite un aclarado. Otro punto débil es el mantenimiento inadecuado de frigoríficos y congeladores, que aumentan el consumo si se les acumula hielo o se deteriora la goma de la puerta.
Otra de las asignaturas pendientes –señala la Fundación Gas Natural Fenosa – es fijar la temperatura del aire acondicionado entre 24 y 26 grados (Por debajo de 21 es una barbaridad). Pero los españoles hacemos caso omiso y preferimos enfriar rápido nuestras viviendas e incluso soportar una temperatura más fría de lo aconsejado para conseguir un confort térmico, cuando el calor aprieta fuera de casa.
Pero al margen de los pequeños problemas de uso y mantenimiento (apagar el router por la noche o cuando no hay nadie en casa, desenchufar los cargadores de los móviles cuando no están cargando, colocar regletas de enchufes con interruptor), también tenemos sistemas de calefacción anticuados y suelen brillar por su ausencia los sistemas de reducción de agua.
Queda mucho camino por recorrer. Entre 2004 y 2011, los hogares españoles mejoraron el índice de eficiencia energética un 9%, mientras que en los últimos ha caído un 4%. Pese a todo, el 52% de los ciudadanos opina que el ahorro de energía en su hogar es igual de importante ahora que antes de la crisis. Es solo cuestión de ponernos manos a la obra.