¿CÓMO PREPARAR NUESTRA CASA DE CARA AL VERANO?

Aipex | 29 Julho, 2024 | 0

Mañanas de playa, tardes de siesta, lecturas en la piscina, noches de terracitas… y temperaturas difícilmente soportables dentro de casa. No: no todos los tópicos veraniegos son agradables (ni refrescantes). Si un año más tu casa se ha convertido en un horno y te preguntas qué puedes hacer para cambiar la situación, desde AIPEX te traemos una variedad de ideas para paliar e incluso acabar definitivamente con el problema.

1. Evita que el calor entre en tu casa. Una medida básica, pero efectiva: abrir las ventanas durante la noche y las primeras horas de la mañana para refrescar el interior de la casa y cerrarlas cuando notemos que el calor comienza a apretar. Bajar las persianas puede ayudarnos a impedir que los rayos solares entren en nuestro hogar, así que conviene hacer uso de ellas si ya las tenemos o instalarlas si no es nuestro caso.

Otra medida interesante es colocar un toldo o, aún mejor, cambiar nuestras ventanas por otras más eficientes, una intervención sencilla, relativamente rápida y para la que actualmente se conceden ayudas en muchas comunidades autónomas. Pese al desembolso inicial requerido, esta es una mejora permanente en nuestro domicilio, de la que también nos beneficiaremos en invierno, y que además de hacer la temperatura interior más estable, mejora la acústica, evita las condensaciones e infiltraciones no deseadas, etc.

2. Haz un uso inteligente de tus electrodomésticos. ¿Quién no ha entrado una tarde de agosto en la cocina justo cuando el lavavajillas ha terminado un ciclo, ha sido lo bastante incauto como para abrir la puerta, y se ha encontrado en un baño turco improvisado? Sin necesidad de irnos a ejemplos extremos, todos sabemos que nuestros electrodomésticos utilizan energía y, por lo tanto, desprenden calor cuando están en uso. Así que es buena idea utilizarlos, siempre que sea posible, en las horas en que menos aprieta el calor. Si te es posible, programa los ciclos para realizarlos a primera hora de la mañana o antes de irte a acostar. El horno es otro enemigo habitual durante los meses de verano, así que, ¿por qué no aprovechar para ampliar tu recetario y prescindir de él durante esta época?

3. Adáptate al ambiente. Es fundamental hidratarnos bien durante los meses de verano, algo que favorece además que nuestro cuerpo se autorregule a través de la sudoración. Asegúrate de tener agua fría en la nevera y prepara cubitos de hielo con antelación. Otro truco es vestirnos acorde con las temperaturas: las telas ligeras y de materiales naturales como el algodón o el lino son las que mejor nos permitirán transpirar y nos resultarán más cómodas.

4. Ayúdate de aparatos de climatización. Lo sabemos: la factura energética puede ocasionarnos más de un disgusto en los episodios de temperaturas extremas, pero viviendo en según qué zonas va a ser necesario utilizar ventiladores o aire acondicionado. Si es el caso, asegúrate de invertir en aparatos de bajo consumo. Pueden ser más caros en el momento de la compra, pero durante toda su vida útil podrás hacer uso de ellos sin grandes sustos para el bolsillo. Además, en el caso del aire acondicionado, puedes optar por un aparato que además haga las veces de bomba de calor y usarlo en los meses de frío como fuente de calefacción.

5. Mejora el aislamiento térmico de tu hogar. La última, pero la más importante (y definitiva). Somos conscientes de que no es una solución tan instantánea como otras de las que proponemos en este artículo, pero es la que te ayudará a zanjar el problema para siempre. En el momento actual, son muchas las subvenciones y ayudas destinadas a mejorar la eficiencia energética de nuestra vivienda. Aunque haya que pasar por un periodo de obras, las ventajas son muy numerosas: reducción de la demanda energética, tanto en verano como en invierno; revalorización del inmueble; ahorro en la factura energética, etc. Si, además, optas por materiales de gran durabilidad, como el XPS, podrás olvidarte del asunto durante décadas, ya que requiere un mantenimiento casi nulo y sus propiedades se mantienen prácticamente inalteradas pese al paso del tiempo.