¿QUÉ PARÁMETROS SE MIDEN PARA DETERMINAR EL IMPACTO AMBIENTAL?

Aipex | 28 Junho, 2021 | 0

El cambio climático es una realidad y un desafío al que gobiernos de todo el mundo pretenden plantar cara, ya que tanto el planeta como nuestra calidad de vida dependen de ello. Dos medidas recientes en este sentido en España ha sido la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y el Programa para la Rehabilitación Energética de Edificios. El sector de la construcción no es ajeno a esta realidad, ya que los edificios son los responsables de buena parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (hasta el 40%, según algunas estimaciones). Por ello, las normativas relacionadas con la construcción son cada vez más exigentes en materia de eficiencia energética.

Los fabricantes de materiales de aislamiento no son ajenos a esta realidad, y son conscientes de que sus productos no deben limitarse a proporcionar un buen aislamiento en los edificios en los que son instalados, favoreciendo así la reducción de las emisiones en la etapa de uso de dichos edificios, sino que deben procurar que su impacto ambiental sea el mínimo posible durante todas las fases de su ciclo de vida.

Pero, ¿a qué nos referimos con esto? El Análisis de Ciclo de Vida (ACV) es un proceso objetivo para evaluar las cargas ambientales asociadas a un producto, proceso o actividad identificando y cuantificando el uso de materia y energía y los vertidos al entorno; para determinar el impacto que ese uso de recursos y esos vertidos producen en el medio ambiente, y para evaluar y llevar a la práctica estrategias de mejora ambiental, según la SETAC (Sociedad de Química y Toxicología Ambiental). 

Así, el ACV consiste en evaluar el ciclo completo del producto, teniendo en cuenta las siguientes etapas, desde su fabricación hasta el fin de su vida útil:

  • Extracción y procesado de materias primas
  • Producción de energía y materia prima
  • Fabricación, transporte y distribución
  • Uso, reutilización y mantenimiento
  • Reciclado y disposición del residuo

El XPS es un material cuyo impacto medioambiental puede considerarse muy bajo en términos de ciclo de vida. En solo unos meses tras su instalación en un edificio, habrá ahorrado más energía, recursos y emisiones de los que se han utilizado en su producción, y su nula necesidad de mantenimiento, junto con su elevada durabilidad garantiza que lo seguirá haciendo durante las próximas décadas. Existe una declaración ambiental de producto (DAP) del XPS disponible en el siguiente enlace, que recoge datos proporcionados por Exiba (The European Extruded Polystyrene Insulation Board Association).

El XPS puede emplear un alto porcentaje de contenido reciclado (hasta el 100%) en su composición, lo que reduce sus necesidades en la fase de extracción y procesado de materias primas, y puede a su vez ser reutilizado y reciclado, lo que optimiza la fase de reciclado y disposición del residuo, una vez terminada la vida útil del edificio en el que está instalado. Por otro lado, su capacidad para proporcionar aislamiento térmico es suficiente como para cumplir con estándares de eficiencia tan exigentes como el estándar Passivhaus.

Por lo general, los ACV se realizan para de identificar qué etapas de este son más contaminantes o perjudiciales para el medio ambiente, con el objetivo de actuar sobre ellas, optimizándolas y logrando minimizar su impacto.

Por ello, la fase final de la realización de un ACV es su revisión crítica,que comprueba si el ACV se ajusta a la metodología, obtención de datos e informe estándares. Así, su finalidad es verificar si el informe es transparente, si los datos obtenidos están en concordancia con los objetivos planteados y si las interpretaciones reflejan las limitaciones del estudio.