EL XPS Y SU APORTACIÓN A LA SALUD EN EL EDIFICIO

Aipex | 10 Fevereiro, 2023 | 0

Después de más de un año de uso frecuente de mascarillas y minimización de los contactos sociales, este invierno sin apenas restricciones la tos persistente ha vuelto con energías renovadas a nuestras vidas, sin que le prestemos una atención excesiva. Lo normal es echarle la culpa al frío, a la gripe, a las defensas bajas o a un poco de las tres, pero puede haber otro motivo en que no solemos pensar: nuestra vivienda.

Cuando pensamos en casas que dan miedo, solemos irnos a los tópicos de las películas de terror. Oscura, deteriorada, con tablones que crujen al pisar, presencias extrañas… sin darnos cuenta de una presencia mucho más habitual que puede estar al acecho en nuestra vivienda, provocando problemas de salud en lugar de atemorizarnos con ruidos nocturnos.

Las humedades y su inesperado acompañante, el moho, están lejos de ser un simple problema estético y pueden convertirse en una auténtica amenaza tanto para la salud del edificio como para la de quienes lo habitan. En 2009, la Organización Mundial de la Salud publicó su “Guía sobre calidad de aire interior: humedad y moho”, donde señalaba la evidencia epidemiológica que demuestra que los habitantes de edificios con humedades corren el riesgo de desarrollar síntomas del tracto respiratorio superior e inferior (entre ellos, la tos y el silbido al respirar), infecciones respiratorias, asma y exacerbación del asma. Los más vulnerables de la casa, los niños y los ancianos, son los que corren mayor riesgo.

La solución más habitual a la aparición de humedades suele ser esperar a que seque, pintar y listo, pero esto no acaba con el problema, que suele deberse a un deficiente aislamiento o a la existencia de puentes térmicos en la envolvente de una construcción.

Antes de llamar a un equipo de parapsicólogos para consultarles sobre las misteriosas formaciones que han aparecido en nuestras paredes, es recomendable acudir a un profesional de la rehabilitación, que nos dará la solución definitiva: aislar.

El aislamiento es la medida más eficaz no solo para elevar el confort térmico en el interior de una vivienda, sino para prevenir la aparición de molestos huéspedes no invitados como humedades o moho. Y, una vez más, uno de los materiales aislantes más recomendables para ello es el XPS

El poliestireno extruido posee una absorción de agua prácticamente nula (0,7%), lo que hace que sea especialmente resistente ante la humedad: así, no solo mantiene el interior de la vivienda cálido y acogedor en invierno y fresco en verano, sino que protege los muros de la humedad incluso en climas muy lluviosos. Además, su elevada durabilidad, que hace que mantenga sus propiedades prácticamente inalteradas durante décadas, garantiza que una vez correctamente instalado podamos evitar futuros quebraderos de cabeza a cuenta de las goteras e infiltraciones .

Los ciclos de hielo y deshielo son otro de los fenómenos climatológicos que pueden afectar a la envolvente del edificio, abriendo puertas de entrada a la humedad. En este aspecto, el poliestireno extruido vuelve a superar el desafío gracias a su elevada resistencia ante condiciones extremas.

En cuanto a la solución de rehabilitación más recomendada, es sin duda el aislamiento de la envolvente del edificio por el exterior o SATE. La sencillez de su instalación frente al aislamiento por el interior, ya que permite a los residentes del edificio continuar con su día a día mientras la obra se efectúa por el exterior, su rápida rentabilización gracias al ahorro energético que proporciona y su capacidad para revalorizar el inmueble gracias a la mejora de su estética externa y confort interior son algunas de las ventajas que hacen más que aconsejable decantarse por esta opción.